En este vídeo podemos ver cómo una de las marcas más reconocidas del mundo consigue escribir el futuro, cambiar el devenir de las cosas. La delgadísima frontera que separa el éxito del fracaso queda perfectamente reflejada en este anuncio, en el que el simple hecho de fallar un pase o de marcar o no un gol significa muchísimo, y no solo para los aficionados al fútbol.
Este vídeo me parece excepcional, tanto por cómo está realizado como por la entidad de los personajes que en él aparecen (Nike tiene contratos millonarios con estrellas del deporte). Es muy curioso ver cómo la prensa deportiva puede crucificar a un jugador, o cómo el hecho de que, como ocurre en el anuncio, el jugador del Manchester United Wayne Rooney sea una de las estrellas del partido, provoque que el nombre de Wayne se popularice en todo el Reino Unido hasta límites insospechados.
Y es que lo que intentamos transmitir en este vídeo es cómo el paso de la victoria a la derrota, el margen entre ser un héroe y un villano, sobre todo en competiciones de alto nivel, es muy escaso, unos centímetros en un disparo, pueden ser suficientes para erigir nuevos héroes o hundir a los antiguos. Esta pieza me parece sumamente curiosa en este sentido, y Nike ha conseguido reunir a todos sus "fichajes" en un partido en el que en cuestión de segundos se está arriba o se está abajo, lo que tiene consecuencias en todo un país.
Como vemos, las marcas, en su publicidad, no siempre se limitan a hablar de sí mismas sino que cuentan historias o simplemente buscar despertar la emoción o el sentimiento de los espectadores/consumidores. Al final, lo que más cuenta es encontrar esa identificación o vinculación entre la marca y el consumidor (sus gustos, aficiones...).